4 claves como líder para fomentar el compromiso laboral

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¿Te ha pasado que haces algo especial por tus colaboradores —como llevar regalos, organizar una comida o compartir un mensaje inspirador— esperando darles motivación en el trabajo, pero no obtienes el compromiso laboral que esperabas?

Quizás pensaste que trabajarían con más entusiasmo o gratitud, pero esa energía dura poco… o ni siquiera aparece. Y entonces surge la frustración: ¿no valoran lo que haces por ellos?

Si alguna vez te has sentido así, déjame decirte que no eres el único con esa amarga sensación. Lo escucho constantemente en las historias de mis clientes y amigos emprendedores, e incluso me ha pasado a mí.

Pero tranquilo, a continuación, te compartiré una estrategia efectiva para combatir la desmotivación laboral que he aprendido en casi 15 años como emprendedora. No requiere mucho presupuesto, pero sí algo mucho más valioso: liderazgo auténtico y profundo.

 

Qué es el compromiso laboral

El compromiso laboral es la conexión emocional y profesional que impulsa a los colaboradores a dar lo mejor de sí mismos. Va más allá de cumplir tareas: significa sentirse parte esencial de la empresa.

 

Qué puede hacer un líder para fomentar el compromiso laboral

Construir una cultura organizacional donde los trabajadores disfruten su trabajo, en lugar de solo sentirse obligados a hacerlo, es una labor constante de mejora continua. Sin embargo, puedes empezar con las siguientes 4 claves para fomentar una cultura empresarial comprometida:

1. Descubre el propósito de tu empresa

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¿Qué haces y por qué es importante?

El propósito es aquello que enciende el corazón de las personas y da sentido al trabajo que realizan. No se trata simplemente de tu quehacer empresarial, sino de una causa que trascienda y aporte valor al mundo. Debe ir hacia afuera, conectándose con un propósito humano. Aquí tienes algunos ejemplos:

  • Microsoft: Empoderar a todas las personas y organizaciones del planeta para que puedan lograr más.
  • Nike: Ofrecer inspiración e innovación a todos los atletas* del mundo (*si tienes un cuerpo, eres atleta).
  • Starbucks: Inspirar y nutrir el espíritu humano: una persona, una taza y un vecindario a la vez.

En arguz, siendo una empresa de software, descubrimos que nuestro propósito es transmitir tranquilidad y acompañar el crecimiento de quienes hacen empresa.

El propósito será la chispa que motive a tus colaboradores, porque les mostrará que su trabajo no solo beneficia a la empresa, sino que contribuye a algo más grande.

Como líder, empieza reflexionando: ¿qué impacto humano tiene tu empresa en el mundo? Incluye a tu equipo en esta búsqueda. Cuando lo descubran, habrás dado el primer paso para liderar con propósito.

 

2. Comparte una visión poderosa

¿Hacia dónde va tu empresa?

Si tu respuesta es algo como: «Ser líderes en el mercado destacándonos por nuestra calidad y buena atención…», detente. Este tipo de enunciados genéricos terminan archivados y olvidados porque no inspiran a nadie.

Una verdadera visión debe ser magnética y convincente, capaz de inspirar tanto a tu equipo como a personas externas. Es el combustible que impulsa tu motor y da sentido al trabajo diario.

Importante: tu visión no debe centrarse en dinero, competencia o «ser el mejor».

Una técnica altamente efectiva es desarrollar la visión a partir de tu propósito, con un elemento fundamental: debe incluir un objetivo claro y una fecha límite a largo plazo. De esta manera, transformas el propósito en una meta concreta.

Por ejemplo:

Si el propósito de un restaurante infantil es: «Brindar experiencias deliciosas y saludables a los niños», su visión podría ser: «Para el año 2034, ofrecer experiencias deliciosas a 20,000 niños»

Al unir propósito y visión de esta manera, tu equipo obtiene un objetivo claro y motivador. Pero definirla es solo el primer paso:

  • Muestra el progreso: Implementa herramientas visuales, como pizarras o plataformas digitales, para que todos vean el avance hacia la meta.
  • Hazla parte del día a día: Comunica la visión con pasión y convicción, alineando tus estrategias y decisiones con ella.

Tu labor como líder es hacer que esa visión sea tangible y presente. Cuando tu equipo percibe el impacto de su trabajo y el avance hacia una meta común, su compromiso y motivación en el trabajo se multiplican.

 
 

3. Mide y muestra los números

¿Cómo logramos que otros hagan las cosas de manera eficiente y autónoma?

La clave está en proporcionar a tus colaboradores una manera tangible y clara de medir su éxito en el trabajo. Esto no se logra mediante opiniones personales o evaluaciones subjetivas, sino a través de objetivos claros, retroalimentación frecuente y colaboradores disciplinados.

Imagina un partido de fútbol donde todo fluye según la estrategia planteada:

  • Objetivo claro: Ganar el partido. Cada jugador conoce la meta.
  • Retroalimentación constante: El marcador muestra el puntaje y tiempo restante. Los jugadores saben si están ganando, empatando o perdiendo.
  • Colaboradores disciplinados: Cada jugador conoce y cumple su rol. El arquero protege el arco, los defensas bloquean al rival, y los delanteros buscan anotar. Existe confianza mutua.

En cada momento del partido, los 11 jugadores comprenden su objetivo, función y progreso hacia la meta final.

 

¿Tu equipo tiene un marcador que les permita saber cómo lo están haciendo?

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Aquí entran en juego los Indicadores Clave de Desempeño KPIs (Key Performance Indicator), que nos permiten medir y mostrar los números.

Al igual que en el fútbol, necesitas:

  • Objetivo claro: Define metas específicas para cada área. Ejemplo: Reducir el tiempo de espera de pacientes a menos de 20 minutos.
  • Retroalimentación constante: Implementa herramientas visibles para que todos conozcan el progreso en tiempo real.
  • Colaboradores disciplinados: Asegúrate de que cada persona entienda cómo su trabajo contribuye al objetivo general y confíe en sus compañeros.

Una historia real:

Hace algunos años en arguz enfrentamos un problema: los clientes se quejaban por las demoras en postventa, mientras el equipo aseguraba trabajar al máximo.

La solución inició por medir y establecer nuestro KPI = Tiempo promedio de atención y resolución de incidencias:

  1. Descubrimos que el tiempo promedio de atención más resolución era de 60 minutos, demasiado para un cliente en apuros.
  2. Fijamos metas progresivas: reducir a 40 minutos, a 30 minutos, y luego a 20 minutos.
  3. Hoy, el 86% de las incidencias se atienden y resuelven en menos de 15 minutos, gracias al monitoreo constante y metas claras. Y seguimos mejorando.

 

¿Qué puedes medir?

¡Todo!, algunos ejemplos de KPIs:

  • Ventas: Número de clientes nuevos al mes.
  • Salud: Tiempo promedio de espera de un paciente.
  • Logística: Costo por kilómetro recorrido.
  • Educación: Tasa de graduación.

Como dijo William Thomson Kelvin:

«Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre.»

Define, mide y comparte los números. Haz visible el progreso y convierte cada meta en un logro alcanzable para tu equipo. Y no olvides agradecer y celebrar cada triunfo, grande o pequeño.

 

4. Rodéate de jugadores tipo A

¿Volverías a contratar con entusiasmo a cada miembro de tu equipo?

Tómate un momento para responder esta pregunta sobre cada uno de tus colaboradores, especialmente aquellos bajo tu supervisión directa. Sé honesto.

Es probable que no hayas respondido un rotundo y entusiasta ¡SÍ! para todos. Es comprensible; como emprendedores, frecuentemente trabajamos con personas que, aunque comprometidas, no alcanzan los resultados esperados, o con profesionales técnicamente excelentes pero cuya actitud representa un obstáculo (el llamado «mal necesario»). También solemos contratar por amistad o recomendación, sin evaluar si el perfil encaja con los valores y necesidades de la empresa.

Para evitar que cometas mis errores, quiero compartirte un concepto de la metodología Top Grading que te ayudará a contratar y formar un equipo de jugadores tipo A.

 

¿Qué es un jugador tipo A?

compromiso laboral rodeate jugadores tipo A topgrading

Un jugador tipo A es quien cumple con tres principios fundamentales:

  • Es la persona correcta: Vive y comparte los valores fundamentales de la empresa. Es altamente productivo y confiable; sabes que cumplirá con lo esperado.
  • Está en el puesto correcto: Trabaja en un área que maximiza sus habilidades y pasiones. Sus responsabilidades se alinean con sus fortalezas y motivaciones personales.
  • Hace las cosas correctas: Su desempeño se orienta a las estrategias y objetivos colectivos, contribuyendo al éxito del equipo y la empresa, aquí los KPIs son tu guía.

Cuando alguien disfruta lo que hace, la motivación en el trabajo surge naturalmente.

 

¿Qué puedo hacer como líder para formar un equipo de jugadores A?

No esperes que una persona introvertida destaque como vendedor o que alguien que ama el trabajo de campo prospere en una oficina. Como líder, tu misión es ubicar a cada persona donde sus habilidades brillen y su propósito personal se alinee con los objetivos de la empresa.

Como expresó Einstein:

«Todo el mundo es un genio. Pero si juzgas a un pez por su habilidad para trepar a un árbol, vivirá toda su vida creyendo que es un estúpido.»

Otro error común de los emprendedores es que buscamos nuestros clones: personas que hagan las cosas exactamente «como nosotros», así de bien. Aunque parezca lógico, esto limita la innovación y diversidad del equipo.

Si todos son iguales, estas jugando a las damas: fichas idénticas con estrategias limitadas.

Lo que necesitas es jugar al ajedrez: construir un equipo con piezas únicas y complementarias, cada una con habilidades diferentes pero esenciales para el éxito.

La verdadera fortaleza de un equipo reside en la diversidad de perspectivas, habilidades y enfoques.

Asegúrate que cada contratación sea estratégica y fundamentada. Y a los miembros actuales de tu equipo, ayúdalos a desarrollarse como jugadores tipo A.

 

Preguntas frecuentes sobre las 4 claves como líder para fomentar el compromiso laboral

Conclusión

El compromiso laboral no es un destino, sino un viaje continuo que requiere dedicación, estrategia y liderazgo auténtico. Al implementar estas 4 claves fundamentales, construirás una cultura organizacional donde el compromiso florezca de manera natural:

  • Descubre el propósito de tu empresa: Encuentra esa causa que conecta el corazón de tu equipo con un impacto positivo en el mundo. Liderar con propósito crea significado y motiva a todos a dar lo mejor.

  • Comparte una visión poderosa: Transforma tu propósito en una meta clara y alcanzable con un objetivo y fecha límite. Una visión inspiradora y visible fortalece el compromiso y alinea los esfuerzos de tu equipo.

  • Mide y muestra los números: Define KPIs relevantes, haz visibles los progresos y establece metas claras para que cada miembro del equipo entienda su contribución y valore los logros alcanzados.

  • Rodéate de jugadores tipo A: Construye un equipo diverso y complementario, colocando a las personas en roles donde puedan maximizar su potencial. Ayuda a cada miembro a crecer y contribuir al éxito colectivo.

 

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